jueves, 29 de octubre de 2009

Devaneos sobre el túnel.






En ocasiones pregunto
como será el fin mortal
en que cuerpo y mente adjunto
en consumación fatal
torne en enjuto difunto.


Ese túnel tan manido
fotograma de la vida
en devenir de latido
galopando en su partida
desde el útero nacido.


¿Divisaré la luz blanca
el fulgor tornasolado
que tras la travesía arranca
el vestigio del pecado
en la certera hora franca?.


Quizás lúgubre figura
presagiando a Lucifer
con baba en su comisura
y contrato de alquiler
del averno en su conjura.


O todo se desvanezca
en moléculas de polvo
mi mente obtusa perezca
sin siquiera un rapapolvo
que ni Dios ni diablo ofrezca.



Estas cuestiones azoran
fenecer es desenlace.
más mis tuétanos devoran
que sin rumbo el alma yace
y los sueños se evaporan.


¿Es la vida cruenta broma?
si después la nada espera
que mi cuerpo se carcoma
y mi esencia ni siquiera
tenga condena o diploma.


Mejor es no razonarlo
del carpe diem ser amante
del alba a la noche izarlo
con el espíritu errante
sin filosofías gozarlo.


Y penetrar en el féretro
a sabiendas que ese paso
pierde deidad en su cetro.
Ese túnel sea acaso
la fría boca de metro.

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